El hombre es considerado un organismo Bio-Psico-Social, esto se dice debido a que los factores sociales y culturales actúan no solamente en forma independiente sino que se interrelacionan con los físicos y biológicos para formar el panorama total de la conducta. Por esta razón es recomendable tratar a las personas no por sus diferentes enfoques, sino que de un modo integral, es decir, considerando su totalidad.
La conducta de los seres humanos sólo puede comprenderse situándola en el ambiente en que se relaciona y rodea, ya que ésta las condiciona a lo largo de toda su vida. Este proceso también competa a la socialización, la cual se genera en sus comienzos principalmente, por el entorno familiar. La cual puede ser de carácter funcional o disfuncionales. Las primeras son aquellas en las que sus miembros se muestran seguros acerca de quienes son, tiene una autoimágen positiva, y se comunican libremente. Y la segunda, son aquellas que se componen de personas habitualmente autolimitadas, cuyas personalidades parecer inhibidas, empequeñecidas o subdesarrolladas; en estas familias la comunicación suele ser deficiente, inexistente o se expresan mediante comportamientos destructivos o incluso violentos, es decir, cuando las necesidades y demandas que se presentan no son enfrentadas de la manera más adecuada. Se altera, por ende, el equilibrio entre estabilidad y cambio, produciendo rigideces y desajustes adaptativos que se pueden prolongar por años, con gran sufrimiento y con la sensación de soledad para algunos.
¿Afectará la disfuncionalidad familiar en la salud de sus miembros?, ¿Son más vulnerables las familias de carácter disfuncional que las funcionales?, ¿La enfermedad de uno de sus integrantes será fruto propio o se deberá a deficiencias en la interacción familiar?,¿El funcionamiento familiar entonces deberá verse de manera circular?
Cada grupo social escoge determinados valores y los articula entre sí y los utiliza para crear “sistemas cerrados de pensamiento”. Su principal función es reafirmar al individuo frente a la incertidumbre, ofrecerle un sistema coherente de creencias que le permitan responder frente a desgracias, trasgresiones morales, etc. Estos sistemas de creencias se modifican tras conflictos, cuando diferentes grupos sociales sostienen creencias contrapuestas y uno domina al otro.
Durante su ciclo vital, la familia vive diferentes momentos importantes que implican cambios tanto individuales como familiares, y que pueden constituir un período de crisis. Las crisis familiares están asociadas tanto a la ocurrencia de determinadas situaciones propias del tránsito de la vida familiar, como también a acontecimientos o hechos accidentales, que no están relacionadas con los períodos del ciclo vital; por ejemplo la muerte prematura. Si estas crisis no son tratadas y superadas pueden acarrear diversos problemas. Siempre cuando aparece un síntoma o una enfermedad crónica, este puede ser tomado como un indicador de una disfunción familiar, por lo tanto hay que ver al paciente no como el problemático, sino como el portador de las problemáticas familiares.
Con lo anterior ya expuesto entonces podemos decir que al parecer en una familia no hay un "culpable", sino que los problemas y síntomas son debidos precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema circular o sea, lo que es causa puede pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa.
Las representaciones sobre salud y enfermedad han estado presentes desde los inicios de la civilización humana, la necesidad de desarrollar actividades para el crecimiento y sobrevivencia de la especie, ha requerido de personas que se perciban sin limitaciones, sin molestias para actuar. De esta manera el hombre tuvo que ocuparse del entendimiento de procesos que se relacionaban íntimamente con el acto mismo de la vida, los procesos Salud-Enfermedad.
Este nuevo paradigma sociobiológico responde a la forma de pensamiento más avanzado, dialéctico y más humano en el conocimiento de la persona sana-enferma y en el de las comunidades y su vínculo y responsabilidad con el proceso Salud-Enfermedad. La cual requiere tratarlo desde una perspectiva cultural y situar la enfermedad en un contexto diferente a los enfoques tradicionales tanto clínicos como epidemiológicos.
En consecuencia el médico no trata sólo enfermedades, sino también incertidumbres, frustraciones, miedos o trastornos sociales. Su relación con los pacientes es una fuente permanente de conflictos, en la que existe un marco de referencia que otorga significados a los actos, que define la situación de uno frente a otro, y los roles que debe adoptar cada uno. También permite la realización de un diagnóstico relacional: Los problemas familiares repercuten en el cuadro clínico, en el cual actúan como factores predisponentes, desencadenantes o ambos a la vez, lo cual promueve la participación de la familia, la comunidad y la sociedad en la atención y/o recuperación del enfermo, convirtiéndose en un elemento importante en la prevención y promoción de salud: Al promover la participación familiar, social y comunitaria, se estimulan estos factores que permiten reconocer los elementos de riesgo o daños a la salud que los afectan y a tratar de preservar o mejorar los aspectos positivos de ésta.
Muchas veces al médico tradicional del hospital ve limitada sus posibilidades diagnósticas, terapéutica y de rehabilitación esto porque no conoce realmente el modo y estilo de vida del paciente, su conducta habitual.
La conducta de los seres humanos sólo puede comprenderse situándola en el ambiente en que se relaciona y rodea, ya que ésta las condiciona a lo largo de toda su vida. Este proceso también competa a la socialización, la cual se genera en sus comienzos principalmente, por el entorno familiar. La cual puede ser de carácter funcional o disfuncionales. Las primeras son aquellas en las que sus miembros se muestran seguros acerca de quienes son, tiene una autoimágen positiva, y se comunican libremente. Y la segunda, son aquellas que se componen de personas habitualmente autolimitadas, cuyas personalidades parecer inhibidas, empequeñecidas o subdesarrolladas; en estas familias la comunicación suele ser deficiente, inexistente o se expresan mediante comportamientos destructivos o incluso violentos, es decir, cuando las necesidades y demandas que se presentan no son enfrentadas de la manera más adecuada. Se altera, por ende, el equilibrio entre estabilidad y cambio, produciendo rigideces y desajustes adaptativos que se pueden prolongar por años, con gran sufrimiento y con la sensación de soledad para algunos.
¿Afectará la disfuncionalidad familiar en la salud de sus miembros?, ¿Son más vulnerables las familias de carácter disfuncional que las funcionales?, ¿La enfermedad de uno de sus integrantes será fruto propio o se deberá a deficiencias en la interacción familiar?,¿El funcionamiento familiar entonces deberá verse de manera circular?
Cada grupo social escoge determinados valores y los articula entre sí y los utiliza para crear “sistemas cerrados de pensamiento”. Su principal función es reafirmar al individuo frente a la incertidumbre, ofrecerle un sistema coherente de creencias que le permitan responder frente a desgracias, trasgresiones morales, etc. Estos sistemas de creencias se modifican tras conflictos, cuando diferentes grupos sociales sostienen creencias contrapuestas y uno domina al otro.
Durante su ciclo vital, la familia vive diferentes momentos importantes que implican cambios tanto individuales como familiares, y que pueden constituir un período de crisis. Las crisis familiares están asociadas tanto a la ocurrencia de determinadas situaciones propias del tránsito de la vida familiar, como también a acontecimientos o hechos accidentales, que no están relacionadas con los períodos del ciclo vital; por ejemplo la muerte prematura. Si estas crisis no son tratadas y superadas pueden acarrear diversos problemas. Siempre cuando aparece un síntoma o una enfermedad crónica, este puede ser tomado como un indicador de una disfunción familiar, por lo tanto hay que ver al paciente no como el problemático, sino como el portador de las problemáticas familiares.
Con lo anterior ya expuesto entonces podemos decir que al parecer en una familia no hay un "culpable", sino que los problemas y síntomas son debidos precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema circular o sea, lo que es causa puede pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa.
Las representaciones sobre salud y enfermedad han estado presentes desde los inicios de la civilización humana, la necesidad de desarrollar actividades para el crecimiento y sobrevivencia de la especie, ha requerido de personas que se perciban sin limitaciones, sin molestias para actuar. De esta manera el hombre tuvo que ocuparse del entendimiento de procesos que se relacionaban íntimamente con el acto mismo de la vida, los procesos Salud-Enfermedad.
Este nuevo paradigma sociobiológico responde a la forma de pensamiento más avanzado, dialéctico y más humano en el conocimiento de la persona sana-enferma y en el de las comunidades y su vínculo y responsabilidad con el proceso Salud-Enfermedad. La cual requiere tratarlo desde una perspectiva cultural y situar la enfermedad en un contexto diferente a los enfoques tradicionales tanto clínicos como epidemiológicos.
En consecuencia el médico no trata sólo enfermedades, sino también incertidumbres, frustraciones, miedos o trastornos sociales. Su relación con los pacientes es una fuente permanente de conflictos, en la que existe un marco de referencia que otorga significados a los actos, que define la situación de uno frente a otro, y los roles que debe adoptar cada uno. También permite la realización de un diagnóstico relacional: Los problemas familiares repercuten en el cuadro clínico, en el cual actúan como factores predisponentes, desencadenantes o ambos a la vez, lo cual promueve la participación de la familia, la comunidad y la sociedad en la atención y/o recuperación del enfermo, convirtiéndose en un elemento importante en la prevención y promoción de salud: Al promover la participación familiar, social y comunitaria, se estimulan estos factores que permiten reconocer los elementos de riesgo o daños a la salud que los afectan y a tratar de preservar o mejorar los aspectos positivos de ésta.
Muchas veces al médico tradicional del hospital ve limitada sus posibilidades diagnósticas, terapéutica y de rehabilitación esto porque no conoce realmente el modo y estilo de vida del paciente, su conducta habitual.
Las Ciencias Sociales no solo influyen en el hacer del profesional de la salud al dar una concepción humanizada, integradora del ser humano, sino que también influyen en el ser profesional al crear la conciencia médica, y las pautas de conducta, orientaciones valorativas que necesita el profesional para dirigir su actuación profesional.
Claudia Arancibia Ortiz.