martes, 30 de octubre de 2007

Un camino dificultoso

Hace cinco años atrás, cuando tenía 15 años de edad aproximadamente, se comenzaron a manifestar en mí una serie de sensaciones que no solían presentarse bajo ningún efecto. Fue en ese instante que me empecé a preocupar y a alarmar ya que no era habitual y la sensación manifestada no era la más agradable específicamente.

Una noche junto con unos amigos y familiares compartíamos un momento bastante agradable, tras varias horas de entretención, quedamos exhaustos y decidimos sentarnos a descansar, cuando de repente comencé a sentir una serie de síntomas que nunca antes los había presentado, lo cual me sentí demasiado mal y no sabía que hacer ni mucho menos como reaccionar.
Los síntomas que llegué a apreciar fueron de ahogo, hormigueo y debilitamiento del cuerpo. Todos los que estaban junto a mi se preocuparon bastante, e incluso llegaron a pensar que podía haber sido un problema de asma, en donde decidieron ingresarme un inhalador a la boca, pero tras largo tiempo de angustia, tuve que acudir rápidamente donde un especialista para saber que tenia en realidad, ya que no podía estar automedicándome como lo hice, mejor dicho, como lo hicieron conmigo. Al recibir una respuesta, me llamaron bastante la atención ya que había proporcionado una taquicardia tras la ingesta de inhalador, y a la vez anunciarme que había presentado una crisis de pánico ocasionada por una serie de factores internos y externos que gatillaron el ahogo. Al transcurrir el tiempo todo iba perfecto hasta que nuevamente se exhibieron síntomas parecidos a los años anteriores. Definitivamente presentaba esa enfermedad, no había nada mas que hacer sino que tratarse y disminuir algunos vicios que hasta ese momento tenía, como lo es el cigarrillo, que por lo demás, es un factor externo que me proporcionaba el ahogo, la angustia, de hecho, hasta hoy en día, al presentarme sola en un lugar y además al fumarme un cigarro, me proporciona automáticamente una crisis de angustia o de pánico, que corresponde a la misma significación.
Por consiguiente, es de gran importancia la preocupación y las ganas que cada individuo ponga sobre si mismo, ya que claramente, según mi parecer, el encargado de sanarse y salir adelante, es el mismo sujeto mas que los medicamentos que son recetados por los expertos, es decir, es voluntad propia tomar conciencia que son solo sugestiones que hay que controlar y saber llevar en las diversas situaciones que el individuo se encuentra expuesto.

La crisis de pánico hoy en día es uno de los trastornos de ansiedad más recurrentes en nuestra sociedad. A mi juicio, ésta es bastante compleja y se requiere de bastante ayuda para poder ir superando ciertas barreras que inconscientemente se van formando en el cerebro y no permiten actuar de una manera adecuada y normal como quizás se podía haber tenido anteriormente. La crisis de pánico o de angustia se puede manifestar en cualquier momento y en cualquier persona, especialmente en aquellas que poseen mayor nivel de nerviosismo y se preocupan por todas las cosas que ocurren a su alrededor. De acuerdo a esto, se supone a la mujer mas propensa de sufrir éste tipo de trastorno, además cabe destacar que este suceso puede ocurrir de diversas formas, se pueden revelar en un incremento del mundo exterior el cual se pierde noción del mundo y no permite movilizarse de un lado a otro, todo parece ser desconocido, oscuro e irreconocible por él mismo.

Esta crisis corresponde a acontecimientos que se presentan inesperadamente. Sus síntomas y temores habituales son claramente de miedo, sensación de perder la vida, sudoración, dificultad para manejar el cuerpo, dificultad para respirar, continuos latidos del corazón, náuseas, inestabilidad emocional, hormigueo, escalofríos, perdida de noción, entre otras. Conjuntamente a esto, surge la necesidad de protegerse, de buscar ayuda en personas cercanas e incluso de huir, lo cual no se concreta por una serie de sensaciones en el cuerpo que le imposibilitan la movilidad.
Los factores primordiales de este trastorno están asociados a una gran exigencia producida en el sujeto, ya sea en términos académicos, laborales y de igual forma por un desequilibrio emocional

Respecto a mi experiencia de vida y a lo conversado con especialistas en el tema, cuando un sujeto presenta una crisis de angustia o de pánico, se encuentra atrapado sin saber que hacer y comienza a perder el control, pero el factor predominante en este caso, es la gran sensación de ahogo, el saber que no ingresa oxigeno a tus pulmones y que solo quedan segundos de vida, lo cual se vuelve una situación insoportable y desesperante, pero ¿En realidad no están recibiendo oxigeno los pulmones o solo sientes la sensación de ahogo y que te vas a morir por sugestión?.... Tras una larga investigación acerca de mi enfermedad, ya sea con otras personas que la padecen o doctores, esa sensación de ahogo, es solo trabajo de nuestro sistema nervioso, de nuestro cerebro que al recibir una alerta comienza rápidamente a manifestar sensaciones o síntomas relacionado con el ataque, se relaciona con una hiperventilación en la cual se llenan los pulmones de aire y haciendo que la sangre produzca un intercambio químico resultando así un debilitamiento corporal. Ciertamente es desesperante sentir que dejaras de respirar incluyendo además los otros efectos que se incluyen a este suceso. Conjuntamente a esto un factor de gran relevancia, es que siempre y necesariamente, al presentarse un efecto de este modo, se requiere exclusivamente de un apoyo, es decir, de la presencia de terceros para ayudar a combatir y normalizar la situación, preferentemente familiares o personas más cercanas para luego no sufrir daños profundos e ir junto a estos normalizando la situación obteniendo como resultado una tranquilidad y una vuelta a la realidad pasiva sin complicación alguna a raíz de haber sido participe de una crisis que sin lugar a duda no deja de ser de una gran relevancia y participación dentro del mejoramiento del individuo.

A modo de concluir este tema, se puede apreciar que esta crisis de pánico o angustia no debe quedar exenta de importancia y cuidados necesarios ya que, como se pronunció anteriormente, es una crisis muy importante que va conjuntamente integrado de personas cercanas que controlan el ahogo y los diversos síntomas que va recibiendo el sujeto durante el proceso de desesperación. Sinceramente es uno de los momentos más críticos que un sujeto puede vivir, puedo afirmarlo claramente de acuerdo a mi experiencia, pero con bastante cuidado, preocupación y atención se pueden producir avances significativos en el mejoramiento y recuperación del individuo, siempre y cuando se produzca gracias al apoyo de familiares y personas cercanas a éste.

Loreto Villena S.

lunes, 15 de octubre de 2007

La salud.


“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o de invalidez”. Esta fue la clausura que dio la organización de las naciones unidas, al definir salud en la Conferencia Internacional sobre Salud, celebrada en Nueva York, de junio a julio de 1946.

¿Existirá tal salud, tal completo bienestar? Al parecer esta definición globalizada caería en un enunciado un tanto utópico que responde a un momento histórico, tras la barbarie de una guerra mundial, donde los sobrevivientes creyeron que podían diseñar una sociedad mejor para todos, donde todos los hombres cupieran.

Al parecer salud, no es una palabra un tanto fácil de responder y es así como lo demuestra Luis Weinstein en su texto “Salud y autogestión”, en donde nombra a un sin número de personajes, tratando de encontrar un significado más exacto al termino salud.

Uno de tales personajes es Floreal Ferrara (médico argentino), el cual nos dice que salud presupone un enfrentamiento a los conflictos, un buscar modificar la realidad. “La salud se expresa correctamente cuando el hombre vive comprendiendo y luchando frente a los conflictos que la interacción con su mundo físico, mental y social le imponen…la salud corresponde al estado de optimismo, vitalidad, que surge de la actuación del hombre frente a sus conflictos y a la solución de los mismo…”

Al parecer tal definición se acercaría mucho más a la realidad, o a lo que nosotros mismos buscamos y padecemos. Desde que nacemos, hasta el fin de nuestros días nos encontramos en constantes conflictos, los cuales nos permiten, tras superarlos, lograr crecer. Pero para que esta posibilidad de aprendizaje se transforme en crecimiento es fundamental el desarrollo de nuestra atención. Sin embargo, cuando intentamos detener el proceso, siempre cambiante, aferrándonos a ellos, nos sentimos frustrados, nos estancamos y “enfermamos”. Nietzsche decía: “si tu vida tiene un porqué podrás sobrellevar cualquier cómo”.

Otra forma de pensar la salud es considerarla como una simple palabra usada para designar situaciones subjetivas: la intensidad con la cual los individuos enfrentan sus estados internos y su ambiente inmediato. La asistencia a la salud humana depende no sólo del grado en que cada persona aprendió, a través de su cultura, a enfrentar la realidad, depende, también de las condiciones socio-políticas que alimentan esa confrontación.

Sigerist, define salud de la siguiente manera: “Salud es por tanto, no simplemente la ausencia de enfermedad: es algo positivo, una actitud gozosa ante la vida, una alegre aceptación de las responsabilidades que la vida pone sobre el individuo.

Ricardo Moragas ha enfocado el tema desde la pretensión de “dar una visión general del punto de vista que diversas disciplinas utilizan…”Enfoque general no especializado, dando cuenta de diversas concepciones de la salud:
- Concepción somática-fisiológica: Si el organismo físico no posee alteraciones visibles, existe salud, y sólo cuando haya una alteración del soma existirá enfermedad. Ésta es la noción básica de salud, la más aceptada por el público en general.
- Concepción psíquica: De origen más reciente. Tiene la limitación de su acercamiento a la subjetividad. Esta concepción de la salud tiene una clara referencia a la problemática de la relación médico-paciente, a la variabilidad de la personalidad enfermo en el curso de su afección al campo de las alteraciones funcionales y psicosomáticas y al área psiquiátrica propiamente tal.
- Concepción sanitaria: Pone énfasis en lo referente a lo colectivo, comunidades y otras agrupaciones. Esta orientación tiene muchos puntos de contacto con la sociología. Contempla un amplio espectro de actividades frecuentemente de incumbencia estatal, con un contenido pertinente al medio físico -tierra, agua, aire y alimentos- y a las personas, agrupadas de acuerdo a sus quehaceres laborales de tiempo libre o de lugar de residencia.
- Concepción política-legal: Su eje es la consideración de la salud como un bien general que al llegar a contar con una tutela legal se transforma en un derecho para toda la población que los ciudadanos pueden exigir mantener, y que se apoya en una valoración social y política y en sus disposiciones legales.
- Concepción económica: Interesa, desde el prisma económico, la gran inversión que se hace en la remuneración del personal de la salud.
- Concepción social: Cada sociedad define, de acuerdo con pautas culturales, lo que serán los límites, más o menos definidos, entre salud y enfermedad, y establece expectativas con respecto a la conducta de los pacientes, lo que ha llamado el rol del enfermo.

En el hombre llamamos salud a ese estado de adaptación, que se traduce por bienestar físico, mental y social; las enfermedades son la resultante de una disminución del grado mayor o menor, o de su pérdida, de dicha capacidad para adaptarse al ambiente en el cual viven los seres humanos.

Dubos, propone una concepción holística de la salud: “el solucionar los problemas de las enfermedades no equivale a crear salud y felicidad. Esta tarea requiere una forma de sabiduría y de visión que trasciende el conocimiento especializado de remedios y tratamientos, y que aprehende, en toda esa complejidad y sutileza, la relación entre los organismos vivos y su ambiente total”.

La salud es un valor universal, es una realidad que motiva a la mayoría, que puede contribuir a generar condiciones de unidad para favorecer los cambios sociales. Hablamos de una utopía, la práctica social ha definido una preocupación colectiva por la salud, la individualización de agentes específicos, la adscripción de metas y de recursos cada vez más extensos. Lo que se propone es un asumir colectivamente ese proceso, mediante una democratización y una participación creciente, hasta el límite utópico de la autogestión en salud. Salud como meta, en el conjunto de esfuerzos transformadores de la sociedad. Con tales objetivos, nuestra definición, para ser instrumental, debe poder reflejar la infinita variedad de la situación humana, su relatividad y al mismo tiempo, contar con los planos, los matices que aseguren el poder comunicarse, el trabajar con ella en la vida social.

Buscamos, por lo tanto, una definición de la salud que contribuya a enfrentar no solamente las dimensiones perdidas de la practica médica, a vencer la agresividad voraz de las industrias vinculadas directamente al negocio salud, sino concienciar, a agrupar, a orientar las luchas por el cambio del sistema.
La noción de capacidad es a nuestro juicio, la verdadera matriz de la salud. No prejuzga sobre el grado mayor o menor de enfermedad sobre la normalidad de una persona. Es aplicable así a cualquier individuo o grupo, del que se pueda decir que éstas o aquellas son sus capacidades, su salud.

La noción de salud está recogida de Ganguilhem. Para él, tanto la salud como la patología tienen normas, y en la salud hay capacidad de tolerar variaciones en las normas. El hombre por lo tanto no es verdaderamente sano, la salud es el lujo de poder caer enfermo y levantarse. Toda enfermedad es, por el contrario, la reducción del poder para superar las otras.

Salud engloba enfermedad y se acerca a la noción de hombre. El hombre tiene más o menos salud, está más o menos vivo, humanizado. Las capacidades han sido diferentes en la medida que el hombre se ha ido creando a sí mismo, ensanchando su capacidad de manejar instrumentos y de asociar ideas, tal vez reduciendo su fuerza muscular y sus dotes extrasensoriales.

Las capacidades, primero se desarrollan las vitales, las comunes con otros seres vivos; luego se va produciendo la diferenciación hasta la captación de la intimidad, de la articulación estructural de la realidad, con el despliegue de la capacidad de comunicación, de creación, de crítica, de integración, de ser autónomo y de solidarizar. Todo ello empapado de la potencialidad vital y existencial, social y psicológica, para el goce de con los diversos ritmos de la vida, sin dejar de aprehender los límites, los vacíos, los conflictos.

Con esto podríamos definir a la salud como el conjunto de capacidades biopsicosociales de un individuo o de un colectivo. Es una propiedad de los seres vivos. Por otra parte, capacidad es un término comprensivo, que no se agota en un momento determinado. La noción de capacidad puede tener aplicación en actividades sobre la salud de índole reparador, curativo, preventivo, de fomento, según se trate de la salud presente o la potencial. Dando a la salud el valor de meta e instrumento liberador.

Claudia Arancibia Ortiz.

sábado, 13 de octubre de 2007

"Estoy chata..."



En la vida, solemos decir que “nacemos, vivimos y morimos”, ¿Te has puesto a pensar alguna vez en que la vida no tan solo es vivir, sino también que desde que nacemos tenemos aquellas experiencias donde cada una de ellas es parte de lo que vamos siendo en nuestra vida cotidiana?, cada vez que caminamos por las calles de nuestra ciudad, solemos escuchar… “estoy cansado”, “estoy estresado”, “tengo pena”, “no doy más con esto”, “estoy chata”, entre muchos otras frases…

Se dirán, ¿A que quiero ir con todo esto?, todas estas frases “clichés” son aquellas frases que dan a conocer parte de lo que somos, si somos tolerantes, luchadores, y un sin fin de valores… pero también dan a conocer nuestras emociones, como nos sentimos frente a las cosas que nos están pasando, a pesar de que no sabemos aquellas historias, nos damos cuenta de que la razón la tienen aquellas experiencias vividas que han tenido a lo largo de sus vidas, son experiencias paradigmáticas, y que no han logrado superar; experiencias que resaltan hechos aún poco importantes de la infancia, pero que ha logrado definir emociones desde un principio a lo que somos actualmente… Como bien dice Humberto Maturana; “esto hay que aprender a vivirlo desde niño, porque el niño va a ir transformando sus propias vivencias a través de los adultos que tenga a su lado, y no por lo que le digan sino por lo que vea que hacen y cómo viven esos adultos, que son desde la familia hasta la escuela los fundamentos de su proceso educacional. Entendiendo la educación como una transformación en la convivencia, que comienza desde que el niño llega al mundo, y no a partir de la escuela. Si nosotros queremos que nuestros hijos crezcan como personas éticas, tenemos que conducirnos con ellos como personas éticas, no hay otra forma. Nuestro fundamento como seres amorosos es en realidad la base insoslayable para lograr un vivir ético que debe conservarse en la convivencia”.


Nuestra cultura, nuestro entorno determina lo que somos, aquellas coordinaciones que hemos tenido, cuando compartimos un hecho, un estilo de vida, nos ayuda a entendernos con los demás, y también influye en nuestra vida cotidiana, a la vez, pertenecer a una cultura indica, entender a esta cultura y seguir las normas o entender el significado de lo “normal” para esta cultura, un ejemplo claro es la diferencia entre la cultura occidental de la oriental, son totalmente distintas, y cada una tiene el término de “normal” de manera diferente.
La cultura a la vez influye en nuestras acciones, en nuestros pensamientos, la cultura también nos puede limitar en nuestros pensamientos, y de todas maneras, esta influencia puede perjudicar o aventajar al ser humano.

Decía que es un hecho real escuchar tantas cosas como “estoy cansado”, o “estoy deprimida”, ¿Qué pasa con estas frases?, estas frases son el resultado de nuestro entorno, de lo que nos rodea, y de lo que en nuestro diario vivir solemos escuchar constantemente, y lo llevamos a nuestros pensamientos y lo adherimos a nosotros mismos… o ¿no?

Quizás pensemos que nuestra vida la hacemos nosotros, pero, hay que tener en cuenta, lo que hacemos está en base a nuestras experiencias y aquellas acciones que en algún momento nos marcaron, son generalmente experiencias que se inician desde la infancia, es lo que decíamos en algún momento de nuestras clases en psicología, en la infancia es donde se inicia con el término de autonomía, de que YO soy una persona, que pertenezco a una familia, una comuna y un país, se inculca el término de “YO”. Todo depende de estos inicios, y del grado de afectividad y estimulación que se le dio al niño desde sus inicios, de lo contrario, podría llegar a ser una persona dependiente y callada, lo que suele ir acompañado de un sin fin de problemas emocionales y sociales.

Comparto los pensamientos de Humberto Maturana, aquel concepto de amor y de coordinaciones que dentro de la sociedad son importantes para un buen desarrollo en la vida y que nos permite coordinarnos con el resto, sea a través de un lenguaje verbal (conversaciones, cartas, etc.) o un lenguaje no verbal (usando gestos con la cara, manos o aquella expresividad corporal), utilizando de esta manera este lenguaje que en resumen forman parte de lo que Maturana denomina “amor”, el aceptar al otro como un legítimo otro, y que con el sólo hecho de aceptarlo y aún más utilizar el lenguaje de mediación habla del amor según Maturana.
Compartir, hablar, charlar, comprender lo que le pasa el otro, es comprender en definitiva el lenguaje del amor, porque si comprendemos por lo que pasan los demás podremos entender lo que también puede suceder en nuestras mentes, en nuestra vida, y como nos comportamos frente a ella.

¿Encuentras que el significado del amor esta desligado del término de vida y de nuestras conductas como de nuestras típicas frases ?